Una película que cuenta una biografía musical mezclando retazos intimistas con un ligero exceso de buenismo. Renée Zellweger y Forest Whitaker trabajan bien y el filme está contado a modo de roadmovie, lo que nos permite recorrer algunos bonitos y clásicos parajes del sur de los Estados Unidos escuchando al mismo tiempo una magnífica música de Bob Dylan. El director Oliver Dahan -La vida en rosa (2007)- nos regala buena fotografía aunque al mismo tiempo hace unas extrañas mezclas con estética de videoclip, o incluso tomas algo surrealistas, que no terminan de encajar bien. Parecen como parches pegados a posteriori para dar un toque más moderno a la película. Aun así, el filme es agradable.
Nota: 6 (de 10)
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