La expresión que ha venido a mi cabeza al terminar de ver esta película es… ¡tremenda! Es una estupenda y dignísima “precuela” de “El planeta de los simios”, pero no de la versión de Tim Burton con Mark Wahlberg de 2001, sino de la versión clásica, la de 1968 con Charlton Heston. La historia transcurre entre sentimientos provocados por buenas intenciones, entorpecidas por el azar y otras malas intenciones, y es un buen thriller que deja la acción limitada exclusivamente a los momentos necesarios. Los movimientos y los propios simios son increíbles, rallando la perfección técnica, y se nota ya realmente poco que han sido generados por ordenador. El viejo conocido Andy Serkis –Gollum o King Kong– juega su papel muy bien como siempre "detrás" de ellos, pero lo más impresionante son las caras, los gestos, la interpretación de César, el simio protagonista. Es una expresividad de una calidad que no había visto nunca en un personaje digital. El geek que lo ha programado se merece un Oscar, y no es broma. Por cierto hay varios homenajes y ciertos detalles que homenajean y enlazan con el clásico del 68. Una magnífica película para disfrutar.
Nota: 9 (de 10)
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