Una película que sin tener demasiadas pretensiones, resulta muy divertida. Muestra a tres amigos cuyos jefes son auténticas pesadillas por maldad o ineptitud y deciden planear su posible asesinato. El argumento baila entre la parodia y la crítica al mundo del trabajo y contiene situaciones tremendas y a ratos hilarantes, con un final curioso. El director Seth Gordon usa a los actores de modo muy inteligente, los tres protagonistas no son precisamente los más conocidos pero trabajan realmente bien, pero lo mejor sin duda son el grupo de actores secundarios que interpretan a los jefes, nada menos que unos brillantísimos Kevin Spacey -malnacido egoísta sin escrúpulos-, Jennifer Aniston -acosadora desquiciada- y Colin Farrell -incompetente chulo asquerosamente casposo-. Hasta el gran Donald Sutherland y Jamie Foxx realizan buenas apariciones. Es un filme muy recomendable para pasar sencillamente una tarde riéndose y disfrutando.
Nota: 7 (de 10)
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