Una película perfecta para inyectarse una buena dosis de positivismo. El equipo de directores Olivier Nakache y Eric Toledano la han rodado con mimo y aunque su temática podría ser perfectamente la de un telefilme corriente, la historia está muy bien desarrollada, mezclando perfectamente dosis de comedia y drama, e incluso la fotografía en algunos momentos da a la cinta un toque interesante. Lo mejor es el guión con conversaciones y frases que son magníficas. El protagonista François Cluzet hace un gran trabajo como tetrapléjico, pero el mejor es el actor Omar Sy que le acompaña. Tremendo en su papel del inmigrante Driss mostrando su enfoque de la vida. En Francia este filme ha arrasado y aunque no es para tanto, sí que es una cinta muy recomendable.
Nota: 8 (de 10)
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