El director Ken Loach vuelve a realizar su viejo buen cine rodando de nuevo una cinta ambientada en Glasgow, ciudad que le encanta. Esta vez el filme nos describe a una panda de amigos con serias dificultades para encauzar su vida, pero que liderados por uno de ellos -protagonizado magistralmente por el actor Paul Brannigan-, lucha por abrirse camino no siempre del modo más honrado. Se trata de una historia sencilla del guionista Paul Laverty sobre la lucha personal por cambiar el rumbo de la propia vida y sobre las decisiones sobre si optar por el bien o el mal, que además nos descubre el sorprendente y desconocido mundo escocés de las cuidadosas catas de whisky y de sus bodegas, de un modo similar a lo que vimos con el vino en filmes como "Entre copas" (2004). Quizá el guión es algo previsible, pero es agradable de ver y cuenta con tintes optimistas y con buenos ingredientes del cine social británico habitual de Loach y Laverty. A veces recuerda a la película que ambos rodaron en 2009 "Buscando a Eric", en la que también aparecía el actor John Henshaw. Lo mejor sin duda es el trabajo de todos los actores, bastante desconocidos pero que muestran su buen hacer. Gran película, muy recomendable.
Nota: 7 (de 10)
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