El debutante Josh Boone escribe y dirige una película que se sumerge en la vida de una pareja divorciada y sus hijos adolescentes, enfocada en mayor grado en el exmarido escritor en plena crisis de los cuarenta. El resultado es un filme rodado de manera muy inteligente y con cierto aroma a Frank Capra modernizado. Es una historia que cuenta con varias subtramas -padres, hijos y sus respectivas relaciones- muy bien engranadas. Siendo sinceros el guión está formado por conceptos ya vistos en varias películas famosas, lo que a veces puede parecer que muestra ciertos sucesos algo tópicos, pero al final resulta ser una historia que llega muy bien al espectador. Amor, desencuentro, esperanza, desencanto, esfuerzo, familia, lucha, tristeza, felicidad... El director transmite todo eso de un modo muy profesional y eficiente. Los actores Greg Kinnear, Jennifer Connelly, Lily Collins, Kristen Bell, Logan Lerman -a quién vimos hace unos meses en "Las ventajas de ser un marginado"- y Nat Wolff, todos ellos trabajan estupendamente, acompañados por cierto de buena música. Una cinta muy interesante.
Nota: 7 (de 10)
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