Se trata del cuarto largometraje dirigido por Ben Stiller, y para ello éste ha decidido realizar un remake de la película "La increible historia de Walter Mitty" que dirigió Norman Z. McLeod en 1947 -director de viejos clásicos de los hermanos Marx como "Pistoleros de agua dulce" (1931) o "Plumas de caballo" (1932)-. En esta cinta Stiller se sitúa detrás y delante de las cámaras y nos regala una interesante historia, cuyo ritmo no decae en ningún momento desde el comienzo hasta el final. Lo que al inicio parece ser una comedia facilona, va cogiendo entidad de manera creciente y nos muestra ejemplos de lo que puede ser una vida aparentemente gris, tan sólo alimentada de ensoñaciones y fantasías, y de cómo uno mismo puede superar ciertas actitudes y simplemente... aprender a cambiar. Algunos de los escenarios naturales nórdicos mostrados en el filme son espectaculares, retratados con una magnífica fotografía, y la música es excelente, incluidas algunas buenas viejas canciones elegidas. El trabajo del propio Ben Stiller como actor protagonista es muy correcto y está bien acompañado en su labor por Kristen Wiig, Adam Scott, Patton Oswalt y por las enormes figuras interpretativas Shirley MacLaine y Sean Penn. El resultado es una estupenda película perfecta para ver una tarde y cargar pilas de energía y buena onda.Nota: 8 (de 10)
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