El director Alejandro González Iñárritu, creador de buenas películas como "21 gramos" (2003) o "Babel (2006), nos lleva hasta el mundo del teatro en Broadway y lo hace rodando una historia que mezcla el drama y la comedia negra a partes iguales, con unos ciertos puntos que flirtean peligrosamente con el surrealismo. Aunque precisamente esos "puntos" son realmente el interesante modo que el director tiene de narrarnos la realidad. La manera en la que éste ha realizado las escenas es bastante peculiar y muy interesante, con muchos plano secuencias ligados unos a otros rodados con steadicam. La ambientación de la cochambre interna existente en la "trastienda" de los teatros -incluso en los de Broadway- está fielmente reflejada con su atmósfera polvorienta, ajada y austera. El trabajo de los actores es soberbio, empezando por un increíble Michael Keaton, que se regodea en su madurez, y siguiendo por unos magníficos Emma Stone o Edward Norton. Además hay que destacar a un sorprendente -en lo positivo- Zach Galifianakis y la apuesta segura Naomi Watts. Atención a la música de batería que acompaña a los personajes en muchos momentos de tensión o de agobio. En definitiva es una historia que te atrapa desde el principio hasta el final. Una gran película, aunque el modo de narrar no la convierte en una cinta fácil que pueda gustar a todo el mundo.
Nota: 8 (de 10)
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