El debutante director Alex Garland ha rodado una película que trata uno de los temas más de moda últimamente, el de los robots con autoconsciencia. Algo que hemos visto en filmes como "Autómata" (2014), "Eva" (2011) o en clásicos como "Blade Runner" (1982). En este caso Garland ha tratado de hacerlo con gusto y hace que la trama avance de un modo cada vez más inquietante, todo ello incrustado en unos escenarios que a pesar de mostrar preciosos espacios naturales, llegan a crear cierta claustrofobia. El director da más importancia a la historia que a la propia acción pura y dura, lo que convierte al filme en ciencia ficción de la que suele catalogarse "de calidad". Hay alguna incoherencia de guión, pero en general es una estupenda historia para los amantes del género. El protagonista Domhnall Gleeson trabaja fenomenal y se percibe buena química profesional entre él y su compañero de reparto Oscar Isaac, cuyo papel y el cómo éste interpreta la extraña relación jefe/empleado, crea una incomodidad que funciona bien en el filme. Alicia Vikander, fluida y grácil como robot, también está muy correcta. En definitiva un filme que trata de hacer ciencia ficción "seria", y eso se agradece.
Nota: 7 (de 10)
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