El director George Miller, que creó la saga original de Mad Max entre 1979 y 1985, rueda este cuarto episodio que supone una especie de reboot/remake en el que nos transporta de nuevo a los desiertos del mundo postapocalíptico que ya vimos en sus viejas películas. En este caso el protagonista Max Rockatansky está encarnado por Tom Hardy -que sustituye a Mel Gibson- y está acompañado por Charlize Theron -que está tremenda en su papel-. El resto del reparto es bastante desconocido, pero acompañan estupendamente. La historia es bastante sencilla y se resume en una megapersecución. Desde el inicio hasta el final la cinta es trepidante y está narrada con una gran profesionalidad y una magnífica imaginación. Esto último desarrolla además el universo Mad Max con buenas ideas que el director ha plasmado y que pueden dar juego para como mínimo algún episodio más. Los vehículos son apabullantes y dejan en coches cutres los ya vistos hace treinta años. Los efectos son excelentes y la luz, la fotografía y los escenarios del desierto son fantásticos. Por fin una buena peli de acción y ciencia ficción para disfrutar con cierta calidad.
Nota: 8 (de 10)
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