El mejicano Alejandro González Iñárritu, que ha dirigido buenas películas como "Birdman" (2014) o "Babel" (2006), nos lleva a la Norteamérica de 1823, época de tramperos, bosques inexplorados y confrontaciones con los indios. Nos narra una historia inspirada en los hechos reales vividos por el explorador Hugh Glass durante una expedición para recolectar pieles. Los decorados naturales son espectaculares y están convenientemente retratados mediante la gloriosa fotografía de Emmanuel Lubezki. La ambientación creada por el director de ese viejísimo y amaneciente Oeste sucio, frío, sangriento y cruel es magnífica. El trabajo de los actores secundarios de la película -Tom Hardy, Domhnall Gleeson, Will Poulter o Forrest Goodluck- está más que a la altura, pero sin duda hay que destacar a un impresionante Leonardo DiCaprio cuya interpretación es de lo mejor que ha hecho nunca. Quizá a la cinta le sobran unos cuantos minutos de metraje y hay algunas escenas bastante duras que pueden resultar incómodas al espectador sensible, pero en definitiva es un estupendo film que está a la altura de otras buenas obras de González Iñárritu. Muy recomendable.
Nota: 8 (de 10)
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