Se trata de una especie de adaptación del viejo cuento de Caperucita pero con estilo Crepúsculo y mezclado con un anuncio de Chanel No.5. Muchas hormonas en el aire, aunque un poco reprimidas. La estética es realmente fantástica y los paisajes son magníficos pero no es posible evitar la sensación de que todo ello ha sido totalmente desaprovechado en una historia bastante mediocre con malos muy malos y buenos muy buenos, que queda a medio camino entre un cuento para niños y una historia para adolescentes, sin decidirse por una u otra opción. Al menos resulta curioso asistir a esta nueva versión del cuento y ver a Gary Oldman, aunque sea sólo en una de sus películas alimenticias.
Nota: 5 (de 10)
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