Una nueva película del director Derek Cianfrance, quién realizó hace dos años el drama romántico "Blue Valentine" (2010). De nuevo vuelve a repetir con su actor fetiche Ryan Gosling, quién interpreta de nuevo a un callado personaje con un estilo que se sitúa entre el que tuvo en la anterior película de Cianfrance y el de su papel protagonista en "Drive" (2011). Quizá este actor comienza a centrarse en papeles demasiado similares y no le vendría mal un poco de variación, pero aún así su labor es estupenda. Esta película tiene tres partes claramente diferenciadas, la primera -y mejor narrada- es en la que interviene Gosling junto a Eva Mendes y ambos trabajan fenomenal, la segunda es la que protagoniza Bradley Cooper -quién de nuevo sigue escalando en calidad interpretativa- y la última se centra en lo que ocurre quince años después de las dos iniciales. La trama es ambiciosa y está muy bien pensada, aunque el modo de contarla es demasiado lento. Le sobra algo de metraje, cosa que comienza a ser algo habitual en el cine reciente. La música es buena y en general se respira filme de calidad durante toda la proyección.
Nota: 7 (de 10)
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, buena película, buenos actores pero se hace un pelín larga y algún fallo de guión.
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