Sin lugar a dudas, esta película es de lo mejorcito que puede verse actualmente en las salas. El danés Nicolas Winding Refn tiene bien merecido el premio al mejor director que ha logrado en Cannes. Es tremendo cómo relata la historia y cómo maneja los diálogos y los silencios de los actores. El filme retrata a un conductor de doble vida en Los Angeles, encarnado por Ryan Goslin -que hace un trabajo excelente- con ciertas semejanzas a Steve McQueen o al joven Clint Eastwood entre otras viejas glorias, cuya vida se cruza de modo complejo con su adorable vecina, la actriz Carey Mulligan -quién actúa tan bien como ya nos acostumbró en "An Education"-.
Toda la trama tiene unos toques que recuerdan al cine de Tarantino pero más elegante -incluidas las escenas de acción-, con una excelente fotografía, algunas impecables persecuciones, y con unos agradables toques reivindicativos del viejo cine de los 70 y 80 -atención al palillo del protagonista y a su escorpión en la cazadora-. La historia avanza sin tregua y te lleva en volandas desde la fantástica escenas iniciales hasta el desenlace final. Imprescindible verla.
Nota: 8 (de 10)
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Hace 1 año
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