El director Nicholas Stoller, autor de comedias gamberras como "Todo sobre mi desmadre" (2010) o "Eternamente comprometidos" (2012), continúa la línea que le va acreditando como "discípulo" oficioso de Judd Apatow. Sitúa delante de las cámaras a un habitual de Apatow como es Seth Rogen, con demostrada vis cómica en comedias sencillas como "Juerga hasta el fin" (2013) o "Lío embarazoso" (2007) y lo hace junto a la guapa Rose Byrne, a quién se le está empezando a dar muy bien participar en comedias -la hemos visto últimamente en "La boda de mi mejor amiga" (2011) o "Los becarios" (2013)-. El director enfrenta cinematográficamente a esta pareja con Zac Efron y otros jóvenes de su generación, y el resultado es bastante aceptable, creando una historia divertida en la que se trata el clásico síndrome de Peter Pan y en la que aparecen bastantes gags. Algunos de ellos son novedosos y memorables -¡atención al momento fiesta Robert De Niro!-, pero otros algo predecibles o vistos otras veces. Es una mezcla entre historias de vecinos incómodos y las de hermandades universitarias. La trama es rápida y no tiene apenas bajones, lo que la hace fácil de ver. Una comedia sin pretensiones para pasar un rato agradable y reír sin más.
Nota: 6 (de 10)
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