Dieciséis años después de la versión de Roland Emmerich, el director Gareth Edwards ha rodado una nueva versión del famoso monstruo gigante japonés. Este nuevo Godzilla es algo más cercano al original japonés en cuanto a concepto y algunos de sus comportamientos. El trabajo de los actores -Aaron Johnson, Ken Watanabe o Elizabeth Olsen- es pasable, entre otras cosas porque lamentablemente la aparición del estupendo Bryan Cranston no está bien aprovechada. Por supuesto el monstruo es todavía más grande y espectacular que el de la versión de 1998 y los efectos son muy buenos, aunque curiosamente el director no se regodea y no aprovecha algunas de las golosísimas escenas de destrucción que podría haber mostrado, si uno analiza la trama. Atención al pequeño homenaje a Roland Emmerich que Edwars realiza calcando una formula de su cine en una escena con perrito escapando incluido. Una cinta que da lo que promete. Es decir disfrutar un rato con palomitas y pasar a otra cosa tras abandonar la sala.
Nota: 6 (de 10)
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