
El surcoreano Bong Joon-ho, que hace años dirigió la estupenda “Parásitos” (2019), ha decidido hacer una incursión en la ciencia ficción con una historia de emigración espacial, aderezada con varios conceptos muy interesantes. Tanto que cada uno de ellos podría servir para profundizar mediante películas específicas o incluso con episodios de una serie tipo Black Mirror. Hay algunos flashbacks, pero el eje de la historia es sencillo, sin demasiados dobleces, y los personajes no están dotados de muchos matices o complejidades -hay buenos y hay malos-. Una vez comienza, la cinta se convierte en una especie de fábula entretenida y algo gamberra, con interesantes momentos que van fluyendo con buen ritmo hasta el desenlace. Los amantes de la ciencia ficción sin duda detectarán claras influencias de muchos filmes previos sobre colonizaciones y conquistas planetarias, ya vistos en cines durante los últimos veinte o treinta años; historias en las que gente desesperada o empobrecida trata de huir de la Tierra hacia lugares alejados e inhóspitos. La fotografía y ambientación es oscura, especialmente durante las escenas dentro de la nave, transmitiendo cierto estilo ciberpunk y olor ferroso. Los actores trabajan bien, especialmente Robert Pattinson, en este nuevo registro fuera de su zona de confort. Es una entretenida película, para pasar un buen rato fuera de la Tierra y con unas palomitas en el regazo.
Nota: 7 de 10