Un thriller policiaco cuya historia huele a naftalina por los cuatro costados. Cuenta con un título tan anodino como vacío para definir lo que resulta ser una película típica de espías y agentes de los ochenta pero en la época actual. Todo lo que cuenta está ya más que visto, pero lo peor es que el guión desvela la principal sorpresa casi desde el inicio, con lo que inevitablemente eso hace que todo pierda interés. Los actores Richard Gere, Topher Grace y Martin Sheen trabajan con el piloto automático puesto, en plan "película alimenticia". Es un filme olvidable que debería haberse estrenado directamente en DVD. No vale la pena pagar por verla en el cine.
Nota: 4 (de 10)
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Hace 1 año
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