El director Juan Antonio Bayona nos ofrece una obra de una tipología que no es habitual en la cinematografía española, la de los desastres naturales retratados desde la perspectiva de una historia humana. Éste es su segundo largometraje tras "El orfanato" de 2007 y narra la experiencia de una familia real que vivió en Tailandia el terrible tsunami de 2004. El arranque es ciertamente muy potente y muestra unas escenas tan increíblemente realistas de la invasión del agua, que ciertamente sobrecogen. A partir de ahí la película pasa a reflejar una historia de superación, dolor y amor familiar que trata entonces de tocar la fibra sensible del espectador todo lo posible -con éxito en bastante momentos-. La mayor parte de ese peso emocional lo acarrean de un modo excelente Naomi Watts y el joven actor Tom Holland, que viene de interpretar un magnífico Billy Elliot en los teatros de Londres, pero es justo destacar que los tres niños trabajan fantásticamente bien y que Ewan McGregor cumple con su papel. A ello se suma la estupenda música de Fernando Velázquez, con lo que el resultado es una cinta con muy buena factura y con una solidez que parece augurar a Bayona una interesante y prometedora carrera.
Nota: 8 (de 10)
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Hace 1 año
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