Nuestro viejo amigo Peter Jackson cierra su segunda trilogía tolkeniana con un espectacular filme épico de enormes batallas que culmina su personal interpretación cinematográfica de la novela "El Hobbit". Si en el primer y segundo episodios ya incluyó ciertos sucesos que no formaban parte del libro, ahora aún añade algunos más, pero hay que reconocer que no debe ser fácil realizar una trilogía con un cuento tan reducido como éste. A su favor hay que argumentar que al menos algunos eventos, personajes o lugares inéditos en la novela, han sido tomados de otros libros del escritor Tolkien como "El Silmarillion" o "El Señor de los Anillos", lo que al menos mantiene la historia dentro de ciertos cauces originales de la Tierra Media. Por lo demás, hay que destacatar la continuidad del buen trabajo del elenco habitual, con unos Martin Freeman (Bilbo) e Ian McKellen (Gandalf) estupendos y con una más que decente labor de Luke Evans y del grupo de "enanos". Orlando Bloom sigue apareciendo por allí como Legolas (aunque es uno de los personajes que jamás estuvieron en la novela). Los efectos especiales son como siempre espectaculares, especialmente si se ve el filme en 3D y con fotogramas en calidad HFR. Lo mejor es que Jackson ha cerrado la película de modo que todo encaje perfectamente con el primer episodio de la trilogía ya conocida de El Señor de los Anillos. En definitiva, si se va con la mente abierta es una cinta para disfrutar.
Nota: 7 (de 10)
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Hace 1 año
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