La nueva película de Steven Spielberg, tras sus últimas cintas "Lincoln" (2012) y "Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio" (2011), nos lleva hasta finales de los años cincuenta en pleno inicio de la Guerra Fría. Nos cuenta la historia de James Donovan, un abogado al que encargaron defender al espía soviético Rudolf Abel, y sus consecuencias en los años siguientes. El filme desde su inicio emana agradables aromas clásicos por los cuatro costados. El arranque y el final son ejemplos de gran cine y el director ha imprimido un magnífico ritmo a toda la historia que hace disfrutar al espectador las dos horas y media de metraje sin darse cuenta. Spielberg ha sabido recrear muy bien la atmósfera de esos años en los que el comunismo comenzaba a apoderarse de los países y de las vidas de media Europa, contraponiéndolo en pantalla a la libertad de las democracias occidentales. Tom Hanks está fenomenal como abogado, aunque el que trabaja fantásticamente bien como espía es Mark Rylance. El resto del reparto cumple y está a la altura -Amy Ryan, Scott Shepherd, Sebastian Koch o Billy Magnussen-. Una película que posiblemente quedará como un clásico del cine de espías.
Nota: 8 (de 10)
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Hace 1 año
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