Tremenda película. El director Steve McQueen realiza una cinta dura, incluso incómoda a veces, pero fantásticamente rodada. La historia transcurre en Nueva York y el protagonista Michael Fassbender encarna magníficamente a un tipo cuya única satisfacción y obsesión es el sexo. Todo gira en torno a ello en su vida cotidiana, pero sobre él planea constantemente la insatisfacción personal, la amargura por no saber cómo disfrutar la vida más allá del sexo físico de un modo sórdido y frío, y todo ello va evolucionando en la película de un modo magistral. El filme está rodado mostrando escenarios neoyorquinos grises y húmedos, y el director maneja los silencios, las miradas, la tensión y las conversaciones con maestría. La joven actriz Carey Mulligan vuelve a trabajar muy bien y lleva dos buenos trabajos este año tras verla en "
Drive". Incluso canta una excelente, lenta y amarga versión de "New York, New York" de una manera impresionante. Gran película, aunque eso sí, para ver con las baterías cargadas de energía positiva.
Nota: 9 (de 10)
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