El director Shane Black, que ha rodado buenas películas de acción como "Iron Man 3" (2013) o "Kiss Kiss Bang Bang" (2005), entra en el mundo cinematográfico de las buddy movies juntando a dos pesos pesados del cine y la taquilla como son Ryan Gosling y Russell Crowe. Entre ellos se nota buena química y eso hace ganar enteros al filme. De hecho Ryan Gosling se destapa con una vis cómica que no le habíamos visto antes y que ayuda a desarrollar muy bien su papel. La cinta está realizada en clave de comedia y ambientada en unos idealizados años setenta. La lástima es que la trama, salvo por algunos momentos divertidos y alguno casi surrealista, suena a ya vista. No sorprende demasiado. Una película para pasar un rato agradable.
Nota: 6 (de 10)
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Hace 1 año