El director francotunecino Abdellatif Kechiche realiza una película que retrata la historia de Adèle, una chica francesa, y el descubrimiento y su relación con otra llamada Emma. Kechiche narra con una técnica muy interesante -que a veces incluso parece revivir ligeramente el estilo dogma- una parte importante de la vida de Adéle y lo hace estableciendo la cámara como un testigo que nos transporta de acontecimiento en acontecimiento y no tiene reparo en mostrar la vida de un modo cercano y sin demasiados filtros, haciendo hincapié en gestos, rostros, en el proceso de comer y en el sexo -la cinta cuenta con varias de las escenas sexuales lésbicas más explícitas nunca vistas en cine comercial-. Es realmente impresionante la capacidad de actuar que tiene la protagonista Adèle Exarchopoulos cuyo rostro en primer plano aguanta delante de la cámara durante una gran parte del metraje mostrándonos todo tipo de emociones y sentimientos de una manera magnífica; sólo con sus ojos, sus expresiones, sus sonrisas, sus muecas... Tremendo. Su compañera Léa Seydoux trabaja también fenomenal, así como el resto del reparto. El filme dura tres horas, lo que puede hacerla difícil para algunos espectadores, pero sin duda es una de las mejores películas de este año.
Nota: 9 (de 10)
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Hace 1 año